Cuando un espectador paga una entrada por ver una competición deportiva o simplemente se sienta en el sofá para disfrutar del espectáculo, agradece que los deportistas aporten un valor añadido a su mero talento ,genética y rendimiento.Usaint Bolt es la esencia del show competitivo;la gente no solo quiere verle ganar carreras y batir récords sino que espera impaciente su ritual precompetitivo donde proyecta sin duda las dos armas psicológicas que diferencian a los supercracks del resto: la seguridad en sí mismo y la sensación de nadar en la tranquilidad justo en las aguas donde otros se ahogan en la ansiedad.
Mucha gente critica su comportamiento por una supuesta falta de respeto a sus rivales, y no puedo estar más en desacuerdo;todos los gestos que él hace a la cámara, a veces interpretados como “payasadas”, forman parte de su liturgia de concentración; de encontrar su nivel óptimo de activación que le haga correr con la sensación de “felicidad”.
Usaint se siente tan superior que no tiene miedo a quedar en evidencia si pierde una carrera, porque evidentemente se arriesga a que esa seguridad se la echen en cara en forma de prepotencia si no consigue el objetivo…pero lejos de esa amenaza , al Jamaicano lo que realmente le motiva es la presión.
No conozco a ningún deportista, a excepción de Muhammad Ali (Cassius Clay),que haya exhibido sin complejos su autoconfianza de una manera tan descarada.Cuando llega su “momento cámara” me suelo fjar en la cara de los contrincantes y cómo le miran de “reojo”…en ese preciso instante sé que ya no tienen nada que hacer porque lo que realmente quiere proyectar con esa comunicación no verbal es precisamente que él es diferente, y que sus únicos rivales son sus propios récords…y lo consigue, y esa consecución de objetivos es lo que le retroalimenta para seguir queriendo acomplejar a sus rivales antes de cada carrera.
Por último quería destacar otro de los valores que le hacen único: su espíritu de autosuperación.No contento con batir todos los récords; no se conforma con lo que ha conseguido sino que cree que aún tiene margen de mejora y que lo mejor está por llegar.En cualquier otro atleta o deportista sonaría a famfarronería, pero la confianza que transmite en sí mismo hace que no dude de que lo conseguirá…Así es Usaint Bolt, el paradigma de la autoconfianza.
Oliver Martínez
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